En Clínica Bustillo & López creemos hace años en la inestimable ayuda que los recursos tecnológicos prestan en los tratamientos de implantes dentales. La tecnología digital nos permite realizar diagnósticos más precisos y planificar las operaciones con el máximo detalle.
Por eso, llevamos años utilizando equipos como los escáneres intraorales y los dispositivos de tomografía computerizada. Con su concurso y el de aplicaciones informáticas avanzadas conseguimos que el proceso de trabajo quirúrgico sea mucho más eficiente.
Al igual que en otros campos de la cirugía, hace tiempo que nos servimos de robots quirúrgicos que apoyan al cirujano en el momento de la intervención. En concreto, se trata de robots de guía táctil semiactivos que ayuda al cirujano a definir con absoluta precisión el espacio de intervención y a realizar determinadas tareas en el hueso que acogerá el implante.
En todo caso, el cirujano tiene el control sustancial del proceso, pero la presencia del robot le permite fijar con total seguridad las coordenadas de colocación de las piezas.
No olvidemos que una de las cuestiones clave a la hora de integrar un implante en la masa ósea del paciente es que se logre estabilidad desde el primer momento. Hoy sabemos que deficiencias en esta meta pueden ser fuente de fracaso de un tratamiento de implantología a medio plazo, entre otros condicionantes.
Ventajas de la cirugía robótica
Dicha precisión en el trabajo tiene otros efectos muy positivos, como el hecho de que minimiza los posibles errores quirúrgicos y contribuye a reducir las posibles complicaciones postoperatorias. En un porcentaje muy elevado de los casos, superior al 99%, la cirugía robótica cumple totalmente las expectativas, por lo que se ha convertido en una herramienta esencial.
Por otra parte, cabe señalar que el éxito de esta nueva técnica quirúrgica depende también de la visualización 3D obtenida en la planificación previa. El especialista puede acceder a una visión tridimensional de la anatomía oral del paciente, donde ya se experimenta con la colocación del implante para que el en el momento de la intervención se sigan fielmente los patrones fijados. Y en esa tarea mecánica posterior, la cirugía robótica actúa de un modo totalmente predecible y sin errores.
¿Qué implica para el paciente? Para la persona que se somete a un tratamiento de implantes, el momento de la intervención no se diferencia de uno convencional. Sin embargo, sí percibirá que, en general, la operación se realiza con más agilidad.
Asimismo, el riesgo de complicaciones se reduce enormemente porque el procedimiento está muy parametrizado. Por otra parte, es esperable que el postoperatorio sea más leve y la recuperación más rápida, aunque estos factores dependen también de la patología y el tipo de intervención.
En definitiva, después de casi cinco años de trabajo con el robot de cirugía guiada, podemos señalar que se ha convertido en un aliado necesario en las intervenciones de implantes dentales. Con el avance constante de la tecnología, su papel será fundamental en la evolución de la cirugía oral y maxilofacial.