Ahora que se habla tanto de la transformación digital de todos los sectores, hay que destacar el papel esencial que la tecnología y la digitalización desempeñan desde hace años en los tratamientos de implantes dentales.
No podemos ignorar el progreso tecnológico y los avances científicos, máxime si todos ellos están orientados al servicio del paciente.
Hace tiempo que en Clínica Bustillo constatamos que la salud bucodental es un proceso integrado en el que intervienen al mismo tiempo salud, funcionalidad y estética. En la relación puede haber aspectos que en un momento dado nos parezcan más importantes y urgentes que otros, pero si pensamos en perspectiva en el bienestar del paciente a largo plazo, debemos proporcionarle una atención global.
En ese planteamiento, la digitalización de los procesos de diagnóstico, planificación y tratamiento es esencial. Primero, porque adquirimos un conocimiento exhaustivo de la salud bucodental del paciente y del grado de deterioro de piezas dentales y partes blandas, así como de la posible evolución según el envejecimiento.
Mayor predictibilidad del tratamiento
Segundo, porque nos permite afianzar la predictibilidad del tratamiento y ofrecer al paciente expectativas realistas. Tercero, porque reducimos los tiempos de trabajo y logramos que las intervenciones sean lo menos gravosas para la persona. Es algo que redunda en su bienestar durante el tratamiento y facilita enormemente el postoperatorio, por lo que el grado de satisfacción del paciente es aún mayor.
Y, por último, en ese continuo ofrecemos la posibilidad de mejorar la estética facial, siempre en consonancia con la edad y la fisonomía singular de cada paciente para que el resultado sea lo más natural posible. En muchas ocasiones, comprobamos que los aspectos estéticos son tan relevantes como los puramente funcionales, ya que estamos afianzando al paciente en su autoestima e interacción social.
Por otra parte, al asumir una concepción integral con el apoyo de la tecnología podemos proporcionar una mayor seguridad y garantía a los tratamientos. En un sentido, porque la actuación es más predecible y se reducen los márgenes de error y las reacciones inesperadas en el organismo del paciente. Y en otro, porque existe una absoluta trazabilidad de las acciones realizadas y los materiales utilizados, que resultará esencial si en el futuro es necesario abordar nuevas intervenciones.
A la hora de elegir una clínica para llevar a cabo su tratamiento de implantes dentales y estética facial, piense que recursos digitales como los escáneres, el software de diagnóstico y planificación o incluso los dispositivos de cirugía guiada son ya habituales para proporcionar un servicio de calidad.